jueves, 12 de diciembre de 2013

Fin?

Hola familia!

Os escribo desde Barcelona, ya en la querida piel de toro. Ha sido un largo camino hasta aquí, con escala en Frankfurt (un cariñoso saludo a la autoridad y empleados aeroportuarios. No, eran unos perros ladradores de por la mañana y encima me han quitado el litro de mezcal que traía de México, comprado en duty free y sellado. Not allowed (no permitido) decían, en fin, ponte a discutir con ellos si tienes huevos, tal vez saques más cosas en claro disputando con un muro de ladrillos, o te quedes tú retenido en Frankfurt con el mezcal) El caso es que ya he llegado.

Los últimos días en el Caribe mexicano muy bien, como ya habéis visto en alguna foto. Fuimos a la isla Holbox, un sitio muy muy tranquilo con gente muy maja y ambiente muuuy relajado. Estuvimos en el hostel cabañas ida y vuelta con una gente muy maja (sobre todo Tom, el hippy belga, Michael, el israelita y Saskia y Natascha (alias Guten y Morgen) Todo el día descalzo, paseos en la playa, rutas en barco, pescando (mas o menos, jeje), viendo las puestas de sol, comiendo pescados cojonudos (sobre todo aquel asado en la playa) Nos hicimos amigos de Carlos y Sandra, unos barceloneses que llevaban el bar Carioca en la playa en el que pasábamos las tardes noches en buena compañía. Muy relax, un sitio realmente especial alejado de la terrible masificación y mercantilismo gringo extremo donde pasamos los últimos días. O sea, Cancún. Cancún es vulgar, cutre, masivo, feo, superficial, ruidoso. Una especie de megabenidorm pensado para gringos. Lo único bueno la Playa Delfines con ese tono azul de mar nunca antes visto por un servidor y el hostel Orquídeas, en la calle del mismo nombre. Recién abierto por Antonella y Maurizio, unos italianos majísimos, aquí pasamos los últimos días casi como en casa. Todo nuevo, ambiente muy familiar, muy buen rollo de gente. Si algún día no os queda más remedio que hospedaros en Cancún por escala, hacedles una visita.

Ah, y otro saludo aeroportuario, pero esta vez el aeropuerto de Toluca. Por error no facturé la navaja suiza ( regalo de la familia dublinense) y estos chicos tan simpáticos de seguridad no se dieron cuenta. Con lo que volé en un vuelo interno de México con un arma cortante. Supongo que los alemanes se lo cobraron a posteriori. En fin, que les aproveche el mezcal oaxaqueño...

Un último agradecimiento para Rafa que me acoge en su casa, con vistas a la Sagrada Familia. Ahora unos diitas en la ciudad condal de reentrada.

Las fotos van a tardar un poquito, resulta que el móvil mexicano está siendo más difícil de desbloquear de lo que yo me pensaba. El amigo Slim no lo pone tan fácil, a ver si creéis que uno se hace millonario "regalando" teléfonos. Qué país, qué mundo. Os dejo 3 que me ha mandado Javi y los vídeos que me dio tiempo a subir.

Y nada, cerramos blog (de momento) Ha sido un placer contaros todo lo acontecido en México. Y lo será en futuras visitas al Nuevo Mundo. Gracias por leer.

Besos y abrazos,

Carlos

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lunes, 2 de diciembre de 2013

Morelia (II)

Hola familia!!

Mientras preparo una edición especial del desierto y Estación 14, una breve crónica de la semana pasada. Vuelta algo pesada (unas 10h de autobús) a Morelia y semana tranquila en la ciudad. El martes comida en casa de Gianbatista (alucinantes vistas) Excursión al volcán Paricutín, fiesta muy divertida el sábado, ayer se preparó una paella dominical reglamentaria. Todo esto teniendo como base la pizzería Italia, donde Luca y Mari nos siguen tratando de auténtico lujo. Un gusto haber conocido esta ciudad, que incluyo en mi lista mental de posibles sitios donde a un servidor no le importaría venir a vivir un tiempo: bella arquitectura de clara influencia española, vida cultural activa, vida nocturna potente, universidad, ciudad tranquila y no demasiado grande, alrededores con naturaleza alucinante, el Pacífico no está lejos (unos 270 km). De hecho, el sábado conocimos a una fotógrafa castellonense que ya lleva 15 años aquí, participando y dirigiendo trabajos y proyectos que en España serían poco menos que utópicos. Lo malo que México es muy caótico, muy desordenado, desigual, corrupto, lento y desesperante a niveles de instituciones, policía, juzgados, sanidad... Y el problema del narco, claro. A cambio de las oportunidades que en Europa no existen, hay que convivir con el desorden, la no planificación de nada, a ningún nivel (ni personal ni institucional), el peligro constante del tráfico (ir en moto es realmente peligroso, no hablemos de la bici). Pero la gente, a cambio, es muy amable y solidaria. Como casi todo en este país, alto contraste, juego de extremos.

Mañana salimos hacia el Caribe, el plan es ir a la isla de Holbox y tal vez a Tulum. La aventura se acaba de momento: el día 11 vuelvo a la piel de toro donde pasaré unos días en Barcelona y Valencia antes de volver a la terreta. Seguiremos informando


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